jueves, 5 de mayo de 2016

Grados- Hermann Hesse


Toda flor se marchita y toda juventud
cede a la edad; florecen los peldaños de la vida,
florece todo saber, también toda verdad
a su tiempo, eterno no puede perdurar.
Debe el corazón a cada llamada
estar pronto al adiós y a comenzar de nuevo,
estar dispuesto a darse, animoso y sin duelos,
a nuevas y distintas ataduras.
Y en cada comienzo hay un hechizo
que nos protege y a vivir nos ayuda.

Debemos ir serenos y alegres por la Tierra,
atravesar espacio tras espacio
sin aferrarnos a ninguno cual si fuera una patria;
el espíritu no quiere encadenarse.
Grado a grado, nos eleva y nos ensancha.
Apenas se acomoda nuestra vida
y nos confiamos, todo se disuelve;
sólo quien está pronto para irse
puede escapar del hábito que mata.
Nos enviará de nuevo a otros espacios,
el llamar de la vida nunca tendrá fin...
Tal vez en la hora de la muerte aún
¡Arriba, corazón, sana pronto y di tu adiós!

lunes, 1 de febrero de 2016

Utopías

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías 

Cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza 

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea 

Cómo voy a creer
que el horizonte es frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada 

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos 

Cómo no voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro 

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía

Soledades

Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
sería semejante a nuestra breve
presoledad

después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad

ya sé que es una pobre deformación
pero cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo
sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan

y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo
los datos objetivos son como sigue

Hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos

claro que la soledad no viene sola

Si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se verá un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buenagente

Después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad

conforme
pero
qué vendrá después
de la soledad

a veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si sé
que más allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estás vos
aunque sea preguntándote a solas
qué vendrá después
de la soledad.

Me tienes en tus manos


Me tienes en tus manos
y me lees lo mismo que un libro.
Sabes lo que yo ignoro
y me dices las cosas que no me digo.
Me aprendo en ti más que en mi mismo.
Eres como un milagro de todas horas,
como un dolor sin sitio.
Si no fueras mujer fueras mi amigo.
A veces quiero hablarte de mujeres
que a un lado tuyo persigo.
Eres como el perdón
y yo soy como tu hijo.
¿Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo?
¡Qué distante te haces y qué ausente
cuando a la soledad te sacrifico!
Dulce como tu nombre, como un higo,
me esperas en tu amor hasta que arribo.
Tú eres como mi casa,
eres como mi muerte, amor mío.

Te quiero porque tienes...

Te quiero porque tienes las partes de la mujer 
en el lugar preciso 
y estás completa. No te falta ni un pétalo, 
ni un olor, ni una sombra. 
Colocada en tu alma, 
dispuesta a ser rocío en la yerba del mundo, 
leche de luna en las oscuras hojas. 

Quizás me ves, 
tal vez, acaso un día, 
en una lámpara apagada, 
en un rincón del cuarto donde duermes, 
soy una mancha, un punto en la pared, alguna raya 
que tus ojos, sin ti, se quedan viendo. 
Quizás me reconoces 
como una hora antigua 
cuando a solas preguntas, te interrogas 
con el cuerpo cerrado y sin respuesta. 
Soy una cicatriz que ya no existe, 
un beso ya lavado por el tiempo, 
un amor y otro amor que ya enterraste. 
Pero estás en mis manos y me tienes 
y en tus manos estoy, brasa, ceniza, 
para secar tus lágrimas que lloro. 

¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras 
me dirás que te amo? Esto es urgente 
porque la eternidad se nos acaba. 

Recoge mi cabeza. Guarda el brazo 
con que amé tu cintura. No me dejes 
en medio de tu sangre en esa toalla.

Jaime Sabines - Algunos poemas de Yuria

jueves, 2 de julio de 2015

Hombre que miraba a la luna.- Mario Benedetti

Es decir la miraba porque ella 
se ocultó tras el biombo de nubes 
y todo porque muchos amantes de este mundo 
le dieron sutilmente el olivo 

con su brillo reticente la luna 
durante siglos consiguió transformar 
el vientre amor en garufa cursilínea 
la injusticia terrestre en dolor lapizlázuli 

cuando los amantes ricos la miraban 
desde sus tedios y sus pabellones 
satelizaba de lo lindo y oía 
que la luna era un fenómeno cultural 

pero si los amantes pobres la contemplaban 
desde su ansiedad o desde sus hambrunas 
entonces la menguante entornaba los ojos 
porque tanta miseria no era para ella 

hasta que una noche casualmente de luna 
con murciélagos suaves con fantasmas y todo 
esos amantes pobres se miraron a dúo 
dijeron no va más al carajo selene 

se fueron a su cama de sábanas gastadas 
con acre olor a sexo deslunado 
su camanido de crujiente vaivén 

y libres para siempre de la luna lunática 
fornicaron al fin como dios manda 
o mejor dicho como dios sugiere.

viernes, 10 de abril de 2015

Poco más o menos, amor

Poco más o menos, amorSalvador Espriu
Estalla tu risa, y miro
cómo crece en la garganta
un vulgar disfraz
de deseos metafísicos.

Ante mí, creerías
que pienso en ti, cuando siento
tan solo pesadumbre de árboles,
salvajes clamores de sueños.

Te he visto llena de tristes
pecados y faringitis.
Mas, detenido para siempre
por fríos obstáculos de horas,
tanto da que te ame,
a ti o a cualquier otra.